15 septiembre 2020.
Aurora polar es un fenómeno en forma de brillo o luminiscencia que se presenta en el cielo nocturno, generalmente en zonas polares, aunque puede aparecer en otras zonas del mundo durante breves períodos. En el hemisferio sur es conocida como aurora austral y en el hemisferio norte como aurora boreal
Una aurora se produce cuando las partículas cargadas procedentes del Sol chocan con el campo magnético de la Tierra. Estas partículas procedentes del viento solar son guiadas por el campo magnético de la Tierra y se dirigen hacia los polos. Cuando esas partículas alcanzan nuestra atmósfera chocan con las moléculas de oxígeno y nitrógeno, excitando los átomos y haciendo que estos ganen un electrón. Transcurrido un rato, al liberarse de ese electrón, devuelven la energía adquirida en forma de luz. Esta luz puede producirse con distinta intensidad y longitud de onda, que afectan al color de la luz que vemos.
El origen de las auroras es el Sol, situado a 150 millones de km de la Tierra, está emitiendo continuamente partículas. Ese flujo de partículas constituye el denominado viento solar. Las partículas del viento solar viajan a velocidades de entre 300 y 1000 km/s, de modo que recorren la distancia Sol-Tierra en aproximadamente dos-tres días. Esto hace que se puedan prever algunas grandes auroras con unos días de antelación.
Los escalofriantes sonidos que produce la aurora boreal, que apenas dura unos minutos te puede dejar helado.
Quienes han sido testigos de este ruido lo describen como lo que se escucha cuando una radio no está sintonizada, como un leve crujido o incluso como un tenue silbido; sonidos que pasaron a formar parte de la cultura popular de los residentes del Ártico norte y que incluso se llegó a pensar que no existían.
Son esas mismas partículas atrapadas en una capa de la atmósfera que se forma durante las noches frías del ártico y que al descargarse con rapidez, producen los extraños sonidos.