COLECCIÓN «RINCONES»
La Catedral de la Almudena es el edificio religioso más importante de Madrid. El día 15 de junio de 1993 fue consagrada por el Papa Juan Pablo II, convirtiéndose en la primera catedral consagrada fuera de Roma.
La construcción de la Catedral de la Almudena de Madrid comenzó el 4 de abril de 1883, cuando el rey Alfonso XII puso la primera piedra. El impulsor del proyecto y su arquitecto fue Francisco de Cubas.
El interior de La Almudena sorprende por tener detalles completamente diferentes a otras catedrales: el techo y las vidrieras dejan de lado el estilo clásico para dar paso a los colores vivos y las líneas rectas.
Una de las joyas de la Cripta es la imagen de Nuestra Señora de la Flor de Lis, una de las imágenes más antiguas de la Virgen en Madrid. Mucho se ha discutido sobre la antigüedad de esta imagen y diversos autores han sostenido que tiene su origen en el siglo XIII. Los más, sostienen que Alfonso VI mandó pintar esta imagen, ya que la que entonces presidía el antiguo templo de Santa María, se escondió en el año 712, en la muralla, para protegerla de los sarracenos. El Rey estaba decidido a encontrar la imagen escondida de la Virgen y, mientras reconquistaba la ciudad imperial de Toledo, y con el deseo de que no quedase el Templo de Santa María sin una imagen de la Virgen, mandó pintar en la pared de la Capilla Mayor una imagen de María, a quién pusieron en la mano una Flor de Lis. Lo cierto es que fue la primera imagen objeto de culto por parte del pueblo cristiano de Madrid.
Por fin, el 9 de noviembre de 1085, a la vuelta del rey a Madrid, se dividió por sí mismo el cubo de la muralla inmediata a la iglesia, apareciendo en su nicho la Imagen de la Virgen, con las velas todavía encendidas milagrosamente, según narran las crónicas. Trasladada a la Iglesia de Santa María, el Rey quiso que se la denominase Santa María la Real de la Almudena, por haber permanecido 373 años en la muralla, siendo declarada dicha imagen Patrona de Madrid.
Como inicialmente no se pudo construir un retablo mayor en el Templo de Santa María, el muro en que se pintó la Virgen de la Flor de Lis hizo las veces de retablo y ante ella se celebraban los Oficios Divinos. Posteriormente se construyó el retablo, quedando detrás la imagen de la Virgen de la flor de Lis, donde estuvo oculta y olvidada, tras unos maderos. En el año 1623, después de unas obras de remodelación, se encontró la imagen y se trasladó a los pies del templo. Entonces se le dio culto con el nombre de Nuestra Señora de la Flor de Lis.
Acuarela original 420 x 300 mm.
Papel de acuarela , grano fino, sin ácido en color blanco – estructura acuarela opaca – , con una longevidad excelente, tratado contra el moho y sin presencia de blanqueadores ópticos, quedando la reproducción de la obra en papel acuarela similar al de la obra origen.
Se vende sin marco, el paspartú que aparece en galería de imágenes, en su caso, seguimiento de ideas. Una vez te llegue la obra a casa, puedes ponerte en contacto conmigo si necesitas ideas de enmarcado.